Llegó el turno de presentar nuestra lista, cerrando así el Resumen 2022. Antes de ello, una salvedad. En esta edición sumamos un par de bonus tracks. Lo hicimos de esta forma debido a que, si bien tienen (según nuestro criterio), mérito más que suficiente para integrar la lista original de diez, consideramos que incluir dos versiones dentro de los diez temas le estaría quitando espacio a composiciones originales. Tampoco quisimos dejar fuera a ninguna de ellas, ya que por diversas razones, las dos ameritan ser destacadas en nuestro repaso. Por suerte -o, mejor dicho, por talento- nuestros músicos y músicas siguen regalándonos mucho material de calidad y cada año confirmamos lo difícil que resulta remitirnos solamente a diez canciones, cometiendo una vez más varias injusticias con otras tantas que también merecían su lugar.
Metrónomo
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Surtido – La Triple Nelson
Un tema poderoso y de filoso riff fue la primera muestra de “Después del último día”, el más reciente álbum de La Triple Nelson, adelantando el huracán que vendría unas semanas después. En este disco, el power trío vuelve a sus raíces con su trabajo más rockero en muchos años, dejando de lado, al menos por un rato, el rol protagónico del blues en el repertorio. “Surtido” tiene, además, una letra cargada de crítica hacia la sociedad moderna llena de “porongas importadas que estén de moda y sean caras” y es la última cachetada sónica que te pega este gran álbum, que el propio Cristian Cary nos definió en su momento como el mejor de la banda.
Artista – Diego Matturro
La canción como declaración de principios de un músico dando el salto al vacío a la vista de todos, buscando vivir de su arte. Un estribillo que explota cuando tiene que explotar y te manda (sus) verdades en tu cara, en el acierto o en el error. Un solo con slide que le agrega emotividad a versos que proclaman “yo quiero hacer canciones, quiero melodías. Si no lo hago ahora se me va la vida”. Diego Matturo dándolo todo en “Conflicto de intereses”, un disco en carne viva que marca su carrera y su vida.
“Artista” es de esas canciones para cantar con el pecho inflado y un nudo en la garganta. Como debe ser cuando uno va por todo.
Al infierno – Romina Peluffo & Gonzalo Silva
Romina Peluffo y Gonzalo Silva comparten talento y vida en el EP “Temporal”, su pequeño “Double Fantasy”. “Al infierno” es el tema más rockero de un registro que aborda diversas aristas y niveles de intensidad que se puede encontrar una relación de pareja. Desde inminentes ocasos a juramentos de esos que hacen dos que se quieren y se dicen cualquier cosa. En “Al infierno”, Romina y Gonzalo alternan voces y versos tales como “aunque ardas en llamas, yo te abrazaré”, con estribillos que bajan de un hondazo esas promesas: “no me digas lo que yo quiero escuchar, no prometas lo que no me vas a dar”. Todo acompañado musicalmente por un riff que lleva adelante una canción que cuando pensaste que ya había mostrado todas sus cartas, entran unas teclas que hacen que ya no sea la misma sin ellas. Y para el final, las cuerdas vocales de Romina parecen romperse, tal como si ardieran en el propio infierno.
¡Oh, algoritmo! – Jorge Drexler ft. Noga Erez
Un funk que perfectamente podrían haber compuesto los Red Hot Chilli Peppers en los 90’s, que muta a un sensual R&B con la entrada de la cantante israelí Noga Erez, un sutil loop candombero que suena entre las tantas capas. Todo esto sumado a una lectura inteligente acerca del funcionamiento de las plataformas digitales y un sarcástico trabalenguas como estribillo hacen de “¡Oh, algoritmo!” uno de los puntos más altos del multipremiado “Tinta y tiempo”.
Paradójicamente (o no), el algoritmo hará lo suyo ubicando esta canción en millones de playlist alrededor del mundo, por más que Drexler ironice consultando a la deidad de las reproducciones “dime qué debo cantar, oh, algoritmo. Sé que lo sabés mejor, incluso que yo mismo”. En fin, una genialidad del uruguayo más exitoso a nivel mundial del siglo XXI.
Qué viaje encontrarte – Fulana De Val
Fulana de Val (o Valentina Núñez) llegó a su disco debut “Anónima” obteniendo el primer puesto del concurso “Canciones de Otoño” y es el mejor hallazgo que pudo haber encontrado el mismo.
“Qué viaje encontrarte” es el segundo single de un trabajo que viaja entre tango, candombe, folclore, bossa nova y electrónica, entre otros géneros. En este caso se trata de un gipsy jazz donde un solo de clarinete da paso a una cumbia que deriva hacia a un acelerado final donde el pegadizo estribillo funciona como un mantra frenético.
Mención aparte merecen la calidad y amplitud vocal de Valentina, quien en su debut confirma ser una de las revelaciones del año. En un país en serio, “Qué viaje encontrarte” debería ser un hit.
Sufro – Paul Higgs
Luego de la sobreinformacíón sonora que presentó en “Astucia”, su debut solista publicado en 2020, Paul Higgs acomoda lo justo y necesario de las piezas de su rompecabezas de la mano de Martín Buscaglia, en rol de productor artístico, para regalarnos uno de los mejores discos de 2022. “Sufro” es una canción chiquita, derechita y de llevada cansina marcada por el aro del redo, pero con una potente letra donde Paul te zampa tres o cuatro reflexiones (propias y ajenas) así nomás, como quien te dice “me parece que va a llover”. El tema nunca explota y no lo necesita porque hay canciones en las cuales el encanto está en el camino y esta es una de ellas.
Quién S.O.S. – Rodra
Con el mayor de los respetos que merecen las nueve restantes “Quién S.O.S.” es la más hermosa, sensual y desgarradora canción de esta lista. Todo eso y más.
Rodra culmina el año publicando el EP “103”, un paquetito de cinco canciones que sube de nivel a la joven cantautora, que a estas alturas tiene un lugar más que asegurado entre las propuestas más interesantes surgidas a nivel local en los últimos años.
“En mi cuarto busco la cura, otra vez a solas y oscura” canta Rodra al comienzo y te lo susurra en el final. Ella y su voz, nada más, luego de caerse, aceptarse y volver a levantarse, siempre con la intensidad interpretativa que la caracteriza.
Si Rodra no pega el salto en 2023, definitivamente, será porque los influencers de la modesta industria musical uruguaya, están con la mira peligrosamente desenfocada.
Millones – La Foca
El arranque a la Radiohead circa “In rainbows” ya nos augura que viene algo grande. Si a eso le sumamos que de “Millones” surge el hermoso título del más reciente álbum de La Foca y que la canción se va alimentando en una suerte de espiral infinito entre las capas de guitarras, las melodías que siempre van creciendo y un cantante que logra que la piel se sienta fina como una hojilla, nada podía salir mal.
Parece una obviedad mencionar que el multi destacado “Los nuevos recuerdos vendrán” pinta para quedar en la mejor historia de la banda indie más longeva del medio, además de convertir el dolor en sanación. Para ellos y nosotros.
Conspira – Muñe Cach ft. Mínima
El de Muñe es otro caso de un artista talentoso ignorado por el mainstream local, pero que a la vez es el secreto a voces mejor guardado de nuestra escena indie. “¡Que bueno está el disco del Muñe!” debe haber sido de las frases más sonadas en el micromundo noctámbulo/pop-rockero/montevideano durante el último par de años y, sin embargo, sigue fuera de los radares de un público mayor.
“Conspira” es un single que no pertenece a “Baraja”, el trabajo en cuestión, y en donde también participa Mínima (anótese también en el mismo libro de quejas). Una retorcida balada, al estilo Muñe, cuya “parte A” es el propio estribillo y que se vuelve circular en un medido in crescendo ganando épica hasta que se te pega como chicle debajo de la mesa.
El propósito – Los Oxford ft. Ale Shuster
Luego de publicar “La alegría de las máquinas”, el álbum que trajo de vuelta al ruedo a Los Oxford, sobre el cierre del año se despacharon con un single que quedó afuera del disco y que profundiza lo que venían mostrando en el mismo. Pero acá se fueron al carajo, en el mejor de los sentidos. En “El propósito” no está presente el duelo de guitarras más salvaje del condado, sino que sobre un pegadizo bajo programado en loop, guitarras que colorean, un estribillo bolichero, un toque de autotune en la voz (sí, autotune), secuencias y una producción a cargo de Alejandro Shuster (de los argentinos Viva Elástico) se construye un tema totalmente apto para pistas de baile y más que oportuno para sacarle el polvo a tu campera rockera tirando unos pasos.
“No sé cómo termino esta canción, pero es más de lo mismo” canta Joselo. Justamente, si hay algo que no lo es, es eso: más de lo mismo.
Bonus Tracks:
Tema del hombre solo – Diego González
A la primera escucha, el adjetivo inmediato que se nos vino a la cabeza fue: “luminosa”. Pasan el tiempo y las escuchas, y sigue iluminando tanto o más como aquella primera vez. Está todo donde tiene que estar y la sonoridad del tema cambia totalmente respecto del original al tomar distancia del yeite candombero, además de la obvia cuestión tímbrica implícita en la voz. Si a esto le sumamos las agallas del cantautor para versionar a Jaime, podemos decir tranquilamente que la interpretación cumple sobradamente con la máxima “no te metas con un pope si no estás a la altura”. Encima, es capaz de brindarnos luz en tiempos oscuros.
El amor como razón del fin del mundo – Dani Umpi
Dicen que las grandes canciones se confirman cuando soportan (en el mejor de los sentidos) una versión, por lo menos, impensada. Dani Umpi coloca a este tema incluído en “Un desánimo nada triste Club de fans: Silvya Meyer” en otro lugar y logra que ni los sintes ni los efectos en las voces la hagan deslucir. Por el contrario, potencia y amplifica lo que es una composición instrumentada solamente a piano en su versión original. Es más, logra llevarla a su terreno electro-pop y, aún así, no perder su dejo agridulce, disparándola a una dimensión espacial.