Hace unas pocas semanas Florencia Núñez publicó en plataformas digitales “Fe”, su cuarto álbum, que marca un nuevo mojón en su ascendente carrera que camina a paso firme hacia la proyección internacional. A lo largo de diez temas, la cantante y compositora rochense despliega su abanico pop salpicado por distintas variantes de folclore latinoamericano, donde, además de su voz y la rica instrumentación, la guitarra acústica es la guía, consolidando un sonido propio que viene construyendo hace ya, más de una década.
“Fe” es un trabajo de corte optimista pero con los pies en la tierra y balanceado en todos los sentidos, inclusive en la presencia de los artistas invitados en el aspecto vocal como Jorge Drexler, Laura Canoura y el argentino Raly Barrionuevo. Por otra parte, también se espera una edición física del disco exclusiva para nuestro país.
A propósito del lanzamiento, conversamos con Florencia sobre las canciones que lo integran, de la importancia de su anterior trabajo “Porque todas las quiero cantar” (2020) y de su próximo show del sábado 14 de diciembre en Rbla. de Punta Carretas abriendo la celebración del 30° aniversario de No Te Va Gustar, entre otros temas.
Por Liber Aicardi
Foto: Juan Diego Duarte
¿Cómo fue el proceso de composición de “Fe”?
Este disco está bastante atravesado por la última experiencia discográfica que tuve, que fue “Porque todas las quiero cantar”, mi disco anterior, que es mi disco como intérprete, y de alguna manera la autora está, un poco resguardada desde hacía unos cuantos años, desde el 2017 que editamos “Palabra clásica”, mi segundo disco. Entonces, son un montón de años entre un disco como autora y otro. Pero, a fin de cuentas, está bueno que así haya sido porque, a mí, el disco pasado me sumó muchísimo de aprendizaje y a la hora de componer también. Después de haber cantado esas canciones empecé a componer, no sé si diferente, pero como que cada etapa que vas pasando incide en tu ser compositivo, en tu ser autoral. En mi caso, estas canciones de “Fe”, algunas me venían acompañando y no encontrando su lugar, por ejemplo “Buena Suerte”, que probablemente es la más antigua del disco. Después, te diría que en casi todo 2021 compuse el grueso del álbum, excepto “Las Vueltas”, que fue la última de las canciones que entraron, ya para el principio de 2022, de ahí vienen. Tenía un montón de canciones, pero empezaron a encontrar el lugar en este disco, fue entre 2020, 2021, en plena pandemia…
¿Qué tienen de diferente estas canciones a las canciones que ya tenías compuestas anteriormente a “Porque todas las quiero cantar”?
Creo que quizá también encontraron como un modo de estar juntas y de convivir con el repertorio ya generado en los shows, también. Había algo que me decía que esas canciones que edité ahora formaban parte de un concepto, de una cuestión más general, formaban juntas este todo que es el álbum. Por ejemplo, sabía que me faltaba una canción de una índole, entonces cuando escribí “Lo canté” dije, “ésta es la canción que tiene que abrir el disco”. Uno se va armando el mapa en la cabeza de un álbum, yo compongo pensando en discos. Voy viendo las canciones que van con ese disco y las que no van. Tiene algo muy de ir ordenando en tu cabeza y en tu computadora, en tus papeles, tu material. Tiene mucho de eso. Creo que estas canciones encontraron como un espíritu en una dirección y, por eso, también se agruparon en este álbum. Tiene que ver con una especie de confirmación de la identidad y de una afirmación adulta, una afirmación de quién eres. Y, también, tiene que ver con una mirada hacia el horizonte, con una especie de dirección hacia el horizonte. Yo lo veo así, como eso. Soy esto y voy hacia allá, como marcarse uno quién es y hacia dónde va.
Da la impresión que en “Porque todas las quiero cantar” definiste un sonido propio que se consolidó en “Fe”. ¿Lo sentís así, también?
Sí, estoy de acuerdo. Sobre todo, creo que de alguna manera me amigué con la raíz. Nunca me peleé, pero me amigué con la raíz y con la idea de dónde vengo, y como que eso me empujó hacia adelante, en vez de que eso me retuviera en algún lado. Me agarré de eso para tomar impulso, no para retener o ir hacia atrás, siempre pensando en ir hacia adelante, empezamos a ver hacia dónde camina el proyecto. Creo que interpretar, producir, arreglar y cantar canciones que no eran mías me afirmó también en muchos aspectos y hace que, por ahí, pueda sacar un disco como este y que tú puedas leer esto, que se entiende como todas mis patas. Yo pensaba en la instrumentación, por ejemplo. Vuelve la guitarra criolla a tomar un rol bastante más protagónico que en discos anteriores. A su vez, la guitarra acústica está presente como la base popera de banda, pero también hay lugar para las cuerdas, hay lugar para los vientos, hay lugar para la armónica, el acordeón, todos elementos que han pintado mi sonoridad en el principio y que ahora siento que se lograron encauzar. Pude, de alguna forma, sintetizar quién soy en este disco a varios niveles, tanto en las canciones como en el sonido.
En cuanto a la experiencia que te dejó “Porque todas las quiero cantar”, que no fue solo un disco sino un proyecto audiovisual con todo lo que se implica. ¿Cómo influyó en vos ese rol de capitanear del barco?
Sin dudas, siempre hacen falta equipos y hacen falta, también, líderes en los equipos. En mi caso me toca liderar mi proyecto y capitanear, pero siempre compartiendo, teniendo ida y vuelta, conversando, discutiendo, porque esa es la manera de sacar lo mejor del proceso de un proyecto. “Porque todas las quiero cantar” fue un proyecto tan grande que, por supuesto, me trascendió y, de alguna manera, con esa experiencia, con todo ese aprendizaje y ese bagaje que me dejó ese proyecto en su totalidad, vuelvo a mi raíz que es la composición, la autoría de canciones. Entonces, también es como una manera de decir “todo esto que vengo pasando, que estoy viviendo y que me llevó en este último tiempo a trabajar de esta manera, vamos a volcarlo a lo que yo creo que es mi parte favorita de este oficio”.
En mi caso me toca liderar mi proyecto y capitanear, pero siempre compartiendo. Teniendo un ida y vuelta, conversando, discutiendo… porque esa es la manera de sacar lo mejor del proceso de un proyecto.
A propósito del título del álbum ¿cuánta presencia tiene la fe en lo que es tu vida, no sólo en lo espiritual sino tenerse fe, por ejemplo?
Es que yo tomo como la excepción más etimológica de la palabra, no me voy como algo a lo religioso, porque no es el caso. Me voy a la etimología, “fe” viene del latín “fides”, que significa “ver donde los demás no ven”. Cuando uno tiene un llamado vocacional, como en mi caso han sido las canciones, está esa cuestión de tener fe en eso y ver. Hay algo que, por ahí, no está, pero uno lo puede ver y esa es la forma de construir, teniendo y confiando en que hay algo del otro lado y que también te toca la parte de lograr que los demás también tengan un poco de fe, ¿no? Y confíen para ir para adelante y generar esto de los equipos. Cuando uno trabaja de una forma constante, buscando siempre mejoras, aprendizaje, pasar etapas, saliendo mejor de cada proyecto, más profesional, etc. es bastante más fácil que el resto de la gente tenga fe, porque es eso. En algún punto es como cualquier trabajo. La diferencia es que aquí estamos hablando de que se trabaja con las emociones, con el arte, y ahí hay toda una parte muy subjetiva que está en juego.
¿Definirías este disco como un disco positivo en líneas generales, más allá de los distintos climas que pueda tener?
Sí, creo que es un disco muy positivo, que tiene como una cuestión bastante esperanzadora, que mira mucho hacia adelante, mira mucho hacia el horizonte. Creo que son un grupo de canciones que tratan de ver todo con un brillito de esperanza, con un brillito de que las cosas tienen que mejorar, que se puede. Tiene una cosa bastante positiva en general, bastante optimista. Creo que mi música, en general, ha tendido a ser optimista pero aquí como que se logra eso, transmitir un poco más.
¿Cómo equilibrás ese optimismo, que acabas de mencionar, para no abusar en ese sentido?
Ante todo está el criterio de uno. Y, a la hora de hacer canciones, también el criterio de quienes te rodean. Hay un montón de cosas que hacen que una canción se publique y no es solamente hacerla. Yo creo que está el buen gusto también, las decisiones artísticas, y todo eso pesa a la hora de mostrar una canción.
En mi caso, en general, tengo como bastante claro que me interesa hacer cada vez mejores canciones, pero no necesariamente me tengo que atar a la idea de que toda mi música tiene que ser positiva porque no hago música como animadora, porque no me dedico a eso. No soy entretenedora ni animadora, yo hago canciones.
Si un día me pasa algo horrible, probablemente, mi música vaya a cambiar, pero como he sido tan afortunada en general en la vida de tener un montón de cosas y de oportunidades y de ser querida, hay muchas cosas que uno va construyendo también en base a cómo te trata el mundo.
Este es un disco que, sin dudas, es una apuesta a la proyección internacional. ¿Cómo manejás ese aspecto de tu carrera?
Desde el vamos es una apuesta a la proyección. Todo. Cómo trabajamos, cómo suena, todo está apuntado a que, digamos, las canciones “prendan». Después, hay una cuestión que nadie controla, ni nosotros los artistas, ni los ejecutivos, ni nadie, que es cómo lo recibe la gente, porque en definitiva quienes escuchan la música y hacen que algo que te vaya bien o no es el público que te acompañe o que no te acompañe. Ahí está la cuestión. Eso es algo que no se puede forzar ni se puede comprar. Eso es genuino y tiene que resultar de esa manera.
Creo que este es un grupo de canciones que tratan de ver todo con un brillito de esperanza, con un brillito de que las cosas tienen que mejorar, que se puede. Tiene una cosa bastante positiva en general, bastante optimista.
Probablemente, este sea tu disco que generó más expectativas, tanto por la repercusión del anterior o por la distancia con “Palabra clásica”, tu álbum previo como compositora. ¿Sentiste esa expectativa, en algún sentido, como una presión durante el proceso?
Eso siempre es lindo y es bien recibido. Te diría que no me pone presión. Sí, es más como algo interno del equipo, como decir, “hay que estar a la altura de las circunstancias”. Pero, por el momento de la carrera, no tanto porque me hayan puesto en determinado lugar o en otro, o que yo sienta la presión, no es eso. Creo que disco a disco, el objetivo es que suene mejor, que esté más bueno, que la canciones estén más buenas y cantar mejor. Todas esas cosas me importan, entonces yo lo veo más como que mi vara está más alta, pero a nivel de cómo se trabaja hacia el disco, no tanto de cuál es el resultado porque, de nuevo, el resultado ya no depende de mí, está fuera de mi control. Sí, la expectativa mía a la hora de ver un trabajo mío terminado y firmado eso es importante, eso si lo tengo muy presente. Siempre tengo que sacar algo con lo que yo esté muy conforme, eso es lo más importante.
Este año se cumplen 10 años de “Mesopotamia», tu primer disco. ¿Cómo lo ves a la distancia y qué cosas reconocés de aquella Florencia del primer álbum que puedan estar presentes en “Fe”?
Aquél primer disco fue hecho desde la total, no sé si ignorancia, pero sí como con una desfachatez total de querer grabar un álbum para dejar plasmadas esas canciones. Yo no sabía nada de hacer música con esa formalidad en esos tiempos, entonces yo lo veo como un disco de aprendizaje, un proceso que es inevitable para cualquier artista. Lo que pasa es que yo lo hice de una forma, quizá, un poco kamikaze aprendiendo de todo un poco y lo veo como una experiencia única, solo una vez vas a hacer un primer disco y es importante que lo recuerdes con cariño. Más que nada eso. Después, lo escucho y tiene una cosa bastante amateur en algún punto, la producción, por ejemplo. Yo nunca había producido absolutamente nada, pero creo que lo más importante es que están las ganas, pero también increíblemente hubo algo de eso que prendió en la gente, y le dieron para adelante, tuvo aceptación, no solamente acá sino también afuera. Eso es lo raro, porque era totalmente un terreno desconocido, virgen. Ponerte a hacer algo así de la nada requiere de mucha valentía y creo que eso es lo que también rescato de mí en el pasado, no me importaba mucho lo que pensaran los demás, hacía lo que creía que tenía que hacer y como tantos otros artistas nacionales que nos hemos hecho haciendo.
Tu próximo show es abriendo para No Te Va Gustar en su festejo de 30 años. ¿Cómo lo estás preparando?
Para No Te Va Gustar, igual abrí muchas veces. en el formato acústico de los 25 años. Ahora son los 30 años y, en este caso, también va a ser una oportunidad linda porque va a ser en la Rambla de Punta Carretas, un lugar hermoso de nuestra ciudad, con una especie de mini festival, como le digo yo, porque voy a estar yo, va a estar Usted Señalemelo y No Te Va Gustar que está preparando un concierto único, con todo lo que uno se puede imaginar que un festejo de 30 años de carrera puede significar. En mi caso, voy a estar abriendo la noche, con toda mi banda, vamos a tocar algunas canciones de este disco nuevo. Eso me ilusiona por demás, y también habrá clásicos del repertorio, si es que hay clásicos, algunos clásicos va a a haber.
Y con suerte te toca el atardecer…
Ojalá… Yo pienso que ojalá me toque porque hay algo mágico en tocar ahí a las 8:00, está bajando el sol ahí en la rambla, la gente que se se arrimó está esperando y puede uno conquistar alguno que esté medio descuidado (bromea). Así que está bueno.
¿Cuándo va a ser la presentación en vivo de “Fe”?
Va a ser en junio del año que viene. A mi me gusta que cuando se llegue a los conciertos de presentación, esto lo he aprendido con los años, ya la gente tenga una idea del disco y tenga por ahí ciertas canciones favoritas, que sepa las canciones, que pueda cantar los estribillos. Eso me gusta, eso me motiva a la hora de pensar un concierto.