El pasado domingo 27 en Plaza Mateo —y a pocos metros del popular juego mecánico del Parque Rodó— Niquel revisitó y celebró su clásico álbum “Gusano Loco”, publicado en 1989, disco que definió el sonido de la banda hacia los años posteriores y marcó el inicio de su ascenso definitivo. Por su parte, Algodón —el grupo que encabeza el talentoso y carismático Paul Higgs— tuvo a cargo la apertura de la fecha, presentando temas de su próximo trabajo y otros incluidos en su repertorio habitual.
Ya han pasado 36 años desde la edición de aquél clásico del rock uruguayo y es sabido que la nostalgia puede ser tramposa en este tipo de shows celebratorios, pero este no fue el caso. La actual formación de Niquel es lo suficientemente sólida como para sumarle su propia impronta a canciones compuestas en la posdictadura y, a la vez, rescatar su espíritu. La contundencia del ahora sexteto posiciona a la integración entre las mejores —si no la mejor— de su trayectoria, con un destaque especial para Gonzalo De Lizarza, quien ya hace rato demostró que la camiseta de guitarrista líder que colgó Pablo Faragó al no regresar junto al grupo en 2020, lejos de quedarle grande, la viste con personalidad y estilo propio.
Aunque, en función de la dinámica del vivo, el set no respetó el tracklist original —habiéndose intercalado otros clásicos pertenecientes a “Gargoland», que se acoplaron orgánicamente—, el “Gusano Loco” contó con la totalidad de sus piezas. Desde el inicio, con el tema homónimo, hasta el último de los bises con la ovacionada “Hay una falla (en tu mente)”, el viaje no decayó en ningún momento. Así se sucedieron “Por qué no puedo amarte”, “Detrás de una cortina”, la bluesera “Doña Teresa”, el flirteo pospunk de “Sin mí”, la versión de Los Delfines “Con esa voz”, “Tan callada”, “No estoy muerto” y la funky “Hasta mañana”. Si a esto le sumamos “Nancy & Sid”, “Lluvia de amor”, “Sangre y rosas”, “Amigo sigue igual” (también de Los Delfines) y una tremenda versión de “Candombe de la Aduana”, nada podía fallar. Y así fue.
Destacar los puntos altos de la noche sería quedarse corto, pero es cierto también que en ocasiones como la del pasado domingo, es donde brillan las perlas que no frecuentan el repertorio “niquelero”, tales como “Sin mí”, “Tan callada” o “No estoy muerto”, por mencionar algunas. ¿Y qué decir de la figura de Nasser? Un tipo con más de cuatro décadas sobre las tablas cuyas cuerdas vocales parecen no acusar el paso del tiempo y estar totalmente a la altura de una obra que lo posiciona entre los principales compositores locales. No descubrimos nada al mencionarlo, pero a su liderazgo escénico natural hay que sumarle la distribución del juego, tal como un volante de creación que tirando paredes habilita a los delanteros para que tengan también su lucimiento personal y la manden guardar, con la certeza de que hay cuadro suficiente para sostener el resultado.
Bienvenido este boleto para una vuelta más al Gusano Loco, que nos llevó de regreso al momento creativo más relevante de la emblemática banda. Porque hay viajes que, aunque breves, dejan una marca duradera en quienes lo transitan.
27/04/2025 – Plaza Mateo
Artista invitado: Algodón
Fotos: Paul Hernández
Ya han pasado 36 años desde la edición de aquél clásico del rock uruguayo y es sabido que la nostalgia puede ser tramposa en este tipo de shows celebratorios, pero este no fue el caso. La actual formación de Niquel es lo suficientemente sólida como para sumarle su propia impronta a canciones compuestas en la posdictadura y, a la vez, rescatar su espíritu. La contundencia del ahora sexteto posiciona a la integración entre las mejores —si no la mejor— de su trayectoria, con un destaque especial para Gonzalo De Lizarza, quien ya hace rato demostró que la camiseta de guitarrista líder que colgó Pablo Faragó al no regresar junto al grupo en 2020, lejos de quedarle grande, la viste con personalidad y estilo propio.
Aunque, en función de la dinámica del vivo, el set no respetó el tracklist original —habiéndose intercalado otros clásicos pertenecientes a “Gargoland», que se acoplaron orgánicamente—, el “Gusano Loco” contó con la totalidad de sus piezas. Desde el inicio, con el tema homónimo, hasta el último de los bises con la ovacionada “Hay una falla (en tu mente)”, el viaje no decayó en ningún momento. Así se sucedieron “Por qué no puedo amarte”, “Detrás de una cortina”, la bluesera “Doña Teresa”, el flirteo pospunk de “Sin mí”, la versión de Los Delfines “Con esa voz”, “Tan callada”, “No estoy muerto” y la funky “Hasta mañana”. Si a esto le sumamos “Nancy & Sid”, “Lluvia de amor”, “Sangre y rosas”, “Amigo sigue igual” (también de Los Delfines) y una tremenda versión de “Candombe de la Aduana”, nada podía fallar. Y así fue.
Destacar los puntos altos de la noche sería quedarse corto, pero es cierto también que en ocasiones como la del pasado domingo, es donde brillan las perlas que no frecuentan el repertorio “niquelero”, tales como “Sin mí”, “Tan callada” o “No estoy muerto”, por mencionar algunas. ¿Y qué decir de la figura de Nasser? Un tipo con más de cuatro décadas sobre las tablas cuyas cuerdas vocales parecen no acusar el paso del tiempo y estar totalmente a la altura de una obra que lo posiciona entre los principales compositores locales. No descubrimos nada al mencionarlo, pero a su liderazgo escénico natural hay que sumarle la distribución del juego, tal como un volante de creación que tirando paredes habilita a los delanteros para que tengan también su lucimiento personal y la manden guardar, con la certeza de que hay cuadro suficiente para sostener el resultado.
Bienvenido este boleto para una vuelta más al Gusano Loco, que nos llevó de regreso al momento creativo más relevante de la emblemática banda. Porque hay viajes que, aunque breves, dejan una marca duradera en quienes lo transitan.
Por Liber Aicardi
27/04/2025 – Plaza Mateo
Artista invitado: Algodón
Fotos: Paul Hernández