Finalmente, Stone temple Pilots editó su álbum homónimo en el cual Jeff Gutt se estrena como frontman de la banda y en el mismo, como era de esperarse una vez conocidos los primeros adelantos, el fantasma de Scott Wiland se hace presente a lo largo de los doce temas que lo componen. La elección de Gutt como vocalista para ocupar el lugar de Weiland, y que brevemente ocupara Chester Bennington, no hace otra cosa que confirmar la enormidad de la figura del fallecido cantante que eternamente estará ligada a la imagen de la banda. No sólo por el timbre de su voz, sino también por los recursos, inflexiones y clichés que el nuevo cantante tiene más que estudiados y aplica en el álbum. Esto atenta contra la percepción del oyente que espera un “nuevo” cantante.
Sin embargo, cuando el oído (y el recuerdo) logra saltar el obstáculo de la similitud entre ambos vocalistas, se percibe que esta nueva colección de canciones de los STP, no decepciona. “Meadow” (el primer single en darse a conocer), “Roll Me Under”, “Guilty” y “The Art Of Letting Go”, por mencionar algunas, perfectamente están a la altura del resto del repertorio de la banda, por lo que es una pena que vean opacado su brillo a causa de lo mencionado líneas arriba.