Desde el arranque del show con “Más maquiavélico” los comandados por Fabían Furtado dejaron en claro, el pasado domingo 17, que volvían por su corona, aunque en realidad, y a pesar de la intermitencia de las actuaciones de Chopper, su corona sigue allí, esperando siempre una nueva reunión, sin peligro de ser arrebatada, porque sabe que volverán. Lo que dice mucho de lo que significa Chopper para las huestes metaleras, pero también del resto de la escena. Cuando uno ve a Chopper, se da de frente con la historia grande del Heavy Metal nacional. Una banda que en veintiocho años, sólo editó tres discos (sin contar el recopilatorio “Cortes”) pero que le alcanzaron para tener un repertorio sólido donde, con excepción de un par, el resto de los temas interpretados fue coreado y agitado por su público. Y esto no es casual. A pesar de tocar cada tantos años, cada vez que se juntan parece que vinieran haciendo shows todos los fines de semana. Un aspecto fundamental para lograrlo es la química de ésta formación donde cada uno tiene bien claro su lugar y aporta lo suyo de la mejor manera. No es novedad que “Chupete” Furtado es un frontman que, a pesar de que por momentos abusa de ciertos clichés del género, maneja el escenario a su antojo y “está despegado” no sólo en el género sino, también, es uno de los mejores si lo ampliamos al terreno del rock local. Pero Chopper no es sólo Furtado y cuatro más. Chopper, también, es la presencia del “Peruano” D’Angelo en el bajo arengando constantemente al público, los diálogos entre las guitarras de Sanguinetti y Ferraro, y detrás de todos ellos, escondido entre los cuerpos de su batería, está Leonardo Rodríguez, el motor de ésta locomotora que te lleva puesto y “EL” batero del metal nacional.
La excusa de este show era la presentación del álbum “Hechos Consumados” (2014), pero a la hora de armar el set, lo hicieron equitativamente entre los temas de ese disco, “Chopper” y “Sangrando”, lo que resultó efectivo para con un enfervorizado público de comienzo a fin del show. Algunos nos quedamos con las ganas de escuchar en vivo “Mejor no hablar de ciertas cosas”, “Con botas sucias” y “Cambiarás al hombre”, pero, al resto del público no pareció importarle. Por el escenario de Montevideo Music Box pasaron, entre muchas otras, “Calaveras”, “La patria es la tumba”, ”La bronca de una noche”, “Autodefensa”, “Siendo como soy” , “S.O.S.”, “Mi testamento” con el recuerdo para “Yuyo” Canaveris, “Riga” (de las más coreadas), “Salgan de mi vida” y un final demoledor con “Estás sangrando”(a la que el propio Furtado presento como “ojo, que esto es una piña”) y el primero de los tantos clásicos de la banda, “Sabiendo que vas a morir”. Dos horas de show en las que, cuando te recuperabas de un golpe, ¡pum! ahí venía otro, dos horas de agite y de comunión entre banda y público que hicieron emocionar a sus integrantes, particularmente a D’Angelo, quien hizo miles de kilómetros desde Perú para poder estar acá. Otro gran show de una banda que mantiene su lugar intacto, pero no sólo en el recuerdo, sino también en el presente.