La noche de la conquista: Eté y Los Problems en el Teatro de Verano

La sensación con la que salimos el pasado sábado los presentes en la celebración de los primeros 20 años de vida de Eté y Los Problems fue de haber sido testigos de la consagración de la banda ante el gran público. Más aún, de la conquista, por parte de una banda debutante en las grandes ligas del emblemático Teatro de Verano, una costumbre que parecía perdida en nuestro rock.

Por Liber Aicardi

Foto: Paul Hernández
Un cuarto de hora pasadas las 9 de la noche, y luego de varias horas de incertidumbre debido a la lluvia que caía sobre Montevideo, bajaron las luces e ingresaron, uno a uno, Los Problems, con Ernesto Tabárez como figura central y capitán de esta banda que ha surcado diversos mares durante estas dos décadas, pero sostenido por sus compañeros Martín Iglesias, Bárbara Jorcin, Iván Krisman y su eterno cómplice, el baterista Andrés Coutinho.

“Las palomas” fue el tema elegido para abrir el extenso festejo de tres horas, que tuvo muchos invitados e invitadas sobre el escenario. A continuación, “La bandera” y las primeras palabras con las que el líder de la banda se dirigió a la concurrencia: “es un sueño hecho realidad”, pronunció. Y en esos términos lo planteó el propio Ernesto en mayo pasado, en ocasión del Cosquín Rock Uruguay, cuando nos comprometió públicamente a acompañarlo en esta difícil parada que tuvo final feliz. Una gran apuesta de luces y un excelente sonido fueron el mejor marco que podía tener esa noche. El primero de una larga lista de invitados fue Martín Quiroga, quien aquella misma vez protagonizó el feat. más inesperado y necesario del año musical uruguayo con “Ismael”, algo que se repitió en el templo de Momo y debería repetirse por la eternidad.

Si bien el setlist recorrió toda la discografía del quinteto, el énfasis estuvo puesto en sus álbumes “Plata” (2024), “Hambre” (2018) y el clásico “El éxodo” (2014). Flavio Lira y el ex Problem Marto Moreno se sumaron en “hijos del mar”, Laura Gutman lo hizo por primera vez en “Leine”, para volver en “La portera” junto a otro ex integrante de la banda, Santiago Peralta. “Chane”, de Niña Lobo, y Marcelo Alfaro se sumaron en “¡Ay, amor!” y Leroy Machado participó de dos de los momentos más rockeros de la noche, con el viaje al primer álbum de “Malditos banquetes”, y Gabriel Peluffo aportó su presencia y voz en “El gesto de la nada”.

Tras la calma de “Lo que empezó mi padre”, se desató la tormenta de “Ruta 8” y “Santa María” aplacó un tanto las aguas, que volvieron a embravecer con “El éxodo” y un mar de puños en alto. Ignacio Algorta —director de la SUSI— protagonizó otro de los tantos momentos altos de la noche en “Los muertos”, mientras que Sebastián y Martín Cáceres, de Los Hermanos Láser, tiñeron de folk la noche en “Confesá”, dando paso a uno de los varios momentos de comunión entre banda y público: la interpretación de “Al menos para vos”, con un final coreado por las miles de gargantas, lo que generó rostros de felicidad entremezclada con emoción y sorpresa en los integrantes del grupo. Dani Umpi (en palabras de Ernesto, “muerto el Tüssi, el mejor letrista que tenemos”) y Sebastián Pina transformaron el lugar en una disco con “Bailemos”, aprontando el cierre oficial del set, que vendría con “Jordan” —probablemente el último clásico que brindó el rock vernáculo al cancionero popular, con Federico Morosini sobre las tablas— y luego “Hambre”, el momento donde la épica y la emoción le dan sentido a esta noche construída entre todos y cada uno de quienes estábamos allí: banda, público, invitados y técnicos. “Al final, todo vuelve a empezar” fue el verso repetido como mantra que hizo estallar en lágrimas al vocalista, que selló el instante con un significativo “¡lo logramos, amigos!”.

Pero faltaban los bises, que incluyeron un homenaje al siempre presente Tüssi Dematteis con “Momo contra Satán” de La Hermana Menor, con Juan Sacco y Marcelo Alfaro de invitados, quienes, sumados a Iván, dieron vida por tres minutos a la emblemática banda. En “No sé lo que pasó”, Tabárez retomó el ritual de bajar a mezclarse con su público y Agarrate Catalina aportó sus voces para una versión —con clarinada incluída— de “Milonga de Manuel Flores” para, ahora sí, cerrar la noche.

Eté y Los Problems fueron por la gloria y lo consiguieron; vencieron y volvieron con chapa de cuadro grande en una fecha que jamás olvidarán. Porque fue la primera, la de la conquista, la batalla más grande de su historia, quizás demasiado demorada —como todo en este país—, pero no por eso menos valiosa. Al contrario, con la satisfacción de quien sabe resistir y, mientras espera su momento, encuentra en el camino la recompensa.
Foto: Paul Hernández
Posted in: