Villazul publicó su álbum sinfónico en vivo junto a la Banda Sinfónica de Montevideo

Tras haber editado en 2014 “Música Para Crecer», el músico Fabián Marquisio no tenía intenciones de publicar una segunda parte de este hermoso proyecto que lleva adelante. Pero el hijo de Marquisio, Antonio, quien tiene TEA y fue la musa de estas canciones, fue creciendo y necesitando músicas para su desarrollo escolar. Así fue que en 2021 vio la luz “Música Para Crecer Voll. 1″ y en 2022 llegaría el Vol. 2, siempre acompañados por una gran cantidad de especialísimos invitados e invitadas como Sebastián Teysera, Cristina Fernandez, Marta Gómez, Jorge, Diego y DanielDrexler, Luciano Supervielle, Santullo, Damián Lescano, Lucas Sugo, Diego González, Felipe Castro, Nicolás Molina, Mónica NAvarro, Max Capote, Carmen Pí, Hugo Fattoruso, Valeria Lima, Spuntone & Mendaro, Anita Valiente, Santi Mostaffa, *latejapride y más.

Ahora, llega “Villazul Sinfónico”, su primer disco en vivo, plasmando lo que fue el mayor desafío del proyecto hasta el momento, que tuvo lugar el pasado el 18 de abril en el Teatro Solís: la presentación junto a la Banda Sinfónica de Montevideo. Aquella noche de otoño, además de Fabián Marquisio (Guitarra y Voz), Estela Magnone (Acordeón y Voz), Shyra Panzardo (Bajo y Voz), Pablo Cardoso (Percusión), Daiana Aparicio (Voz), Faustina Diego (Voz), Alejandra Volpe (Lengua de señas), el escenario más importante de nuestro país se vio acaparado por la presencia de una gran cantidad de invitados y la Banda Sinfónica de Montevideo a pleno, con la dirección titular de Martín Jorge.

Lo que sigue es el texto que acompaña la gacetilla del lanzamiento, a cargo de Christian Font:
Miro detrás de la cortina. El Teatro Solís lleno de luz. No solamente con sus luminarias señoriales a pleno: rostros y sonrisas que alumbran en una platea que palpita el encuentro con sus canciones. Las canciones que muchas familias hicieron suyas cuando Fabián Marquisio y Villazul llegó para recordarnos que actos cotidianos como dar un abrazo o andar en bicicleta tenían música.
Y esa música se convirtió en la banda sonora de un montón de hogares en todo el país. Esos gestos puntuales que las personas neurotípicas asumen como naturales son conquistas para aquellos niños y niñas que, desde su más diversa condición, vienen a enseñarnos más de lo que podamos enseñarles. Falta menos. El escenario del mayor teatro del país lleno de instrumentos, atriles y partituras…¡una orquesta! Una orquesta vibrante, imponente va a poner sus arreglos e instrumentación al servicio de melodías que nos recuerdan de lo importante que es ir a cortarse el pelo o aprender el nombre de los océanos. El murmullo se vuelve celebración: un martes a la noche muchas niñas y niños quizá estén viendo su primer show musical. La oportunidad anima y estimula a las familias que ya son todas una gran familia: la familia Villazul. Joaquín espera poder bailar con “Vamos a comer”, Valentina quiere cantar “El timbre de la escuela”. ¿Compartiremos escenario con Antonio, el hijo de Fabi, el que inspiró este proyecto hermoso Detrás del escenario, la otra parte de la familia Villazul: algunos de los mejores músicos del país y países vecinos se abrazan y se dan ánimo. No es un recital más. Es Villazul Sinfónico y es una noche mágica que acá está, guardada en este disco que -atención- incluye sonrisas gigantes y abrazos interminables. Y ahora, si me disculpan, mientras ustedes le dan play al disco, pido permiso…debo ir a ponerme mi sombrero de pirata porque esta nave musical azul está a punto de zarpar y esta travesía será a toda orquesta.