Hablan Por La Espalda homenajea a Luca Prodan en el adelanto de su nuevo EP

En el día en que Luca Prodan hubiera cumplido 67 años (el pasado 17 de mayo), Hablan Por La Espalda publicó una versión en vivo del clásico de Sumo “Mejor no hablar de ciertas cosas”, registrada durante la presentación oficial del álbum “Afuera”, que tuvo lugar en La Trastienda MVD en junio del año pasado. El single y su respectivo video, anticipan lo que será un EP de próxima edición y que incluirá grabaciones en directo. Además, el recuerdo para con el fallecido líder de Sumo se complementa con un texto de Fermín Solana, frontman del grupo, titulado “El fantasma de Luca”, según el propio cantante “un relato que escribí acerca de una vivencia púber”.
En cuanto al EP que llevará el oportuno nombre “Adentro”, la banda nos adelantó que los temas allí incluidos fueron grabados en el show antes mencionado y en otros que HPLE realizó en Buenos Aires durante el mismo período. Por otra parte, los registros tienen la particularidad de incluir algunas canciones que en sus versiones originales fueron grabadas con la anterior formación (que incluía teclados y percusión) y aquí muestran el sonido actual de la banda, en formato quinteto, prescindiendo de tales instrumentos.
A continuación, además de “Mejor no hablar de ciertas cosas”, te compartimos el texto de Fermín que acompaña el tema.

El Fantasma de Luca

Las primeras salidas nocturnas sub16 eran a un boliche rocker llamado Cactus, en la costera zona de Malvín, Montevideo. Nuestro estándar de viernes consistía en mamarnos hasta las muelas en la esquina, suplicar con que no nos pidiesen cédula y una vez adentro extraviarnos entre las luces de la disco al ritmo de Marley o Stones, hasta desembocar en chupones con alguna pibita, casi que a ciegas. A mis amigos y a mí nos encantaba la disciplina Besos de lengua, estábamos para esa. Y no era algo muy difícil de alcanzar, al menos en ese reducto. Por lo general bastaba con un breve diálogo previo, a veces ni siquiera eso. Chicas y chicos queríamos lo mismo. Pasábamos directo a la acción.

Tuve varias noches decentes, de besos cuasi mordidas y roce intenso, otras más sentimentales, verbales y algunas de rotundo fracaso, sin contacto alguno; de volver cabizbajo en el bondi con la lengua árida. Pero hay una en particular que atesoro hasta el día de hoy, noche de gloria, la que me llevé el Scudetto.

Dos días antes me había rapado, casi que a cero. No era algo que se estilase en la época -1994-, pero sí cuadraba perfecto de acuerdo a mis propios parámetros de ese entonces. Eran varios mis héroes rasurados (y Luca ni siquiera estaba en el top 3, en ese momento), pero era un statement anti sociedad, principalmente. Para mi sorpresa, el look que había causado el deseado efecto de shock en el liceo cheto al que asistía, fue muy bien recibido de una en los alrededores de Cactus. “¡Buena, Luca!”, “aguante Sumo”, escuché de entre las tinieblas ya al llegar a las inmediaciones. Iba además con una camiseta de The Doors. Supongo que la cara redondeada de rasgos bien caucásicos también hacía lo suyo. De golpe me di cuenta que estaba sufriendo un ataque de pudor, producto de llamar la atención en aquel entorno de gente un poco más grande y curtida, donde solía pasar desapercibido. Para contrarrestar, chupé más de la cuenta –lo normal en uno, con el correr de los años. Y funcionó. Desinhibido, el efecto Luca no solo se mantuvo, sino que se potenció, extendiéndose, una vez adentro del local, al sector femenino.

Se podría decir que me comí el personaje. Y a cuanta boca se cruzase por mi camino. Un arrebato de lenguas y saliva. Ahí fluctuaba, pelado y oral, por el área de sillones. Boquita de pez. Como en el consultorio dental. Ni que hablar cuando vino, como cada viernes, ya la racha de tres o cuatro temas de Sumo al hilo –por lo general era así, por bandas. Creo que ahí me fui directamente a través de un portal tipo la manga inflable por la que entran los jugadores, pero está claro que puede ser solo el recuerdo mezclado con el efecto exuberante del alcohol. No guardo memorias del CUTCSA a la vuelta. Lo más probable es que mis últimas dos neuronas vivas hayan estado agradeciéndole a Luca, por esta micro reencarnación. Por tantos besos.

25 años más tarde volví a sentir el efecto Prodan, pero en las entrañas. Fue una vez que arrancamos a tocar «Mejor No Hablar De Ciertas Cosas» sobre el escenario de La Trastienda y con Hablan por la Espalda rendimos nuestro modesto tributo a SUMO y a la que con los años se tornó mi figura mitológica favorita del rock intercharcal. Una tan poderosa y vigente que más de 30 años después sigue saliendo a sobrevolar por las noches desde Hurlingham y es capaz de apoderarse de espíritus jóvenes en ambos márgenes del Río de la Plata.

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