A, prácticamente, veinte días de haber lanzado su nuevo álbum, Boomerang lo presentó oficialmente en vivo el pasado sábado en la Sala Hugo Balzo. El show, que no era una parada fácil para los liderados por Gonzalo Zipitría, ya que además de estrenar disco, estrenaban formación (con Nicolás Nodar en bajo en lugar de su histórico integrante Pablo Mendoza), estuvo a la altura del muy buen trabajo que es «El encanto». La presentación contó con una primera parte donde la banda interpretó los temas respetando el tracklist original, para, en la segunda mitad, repasar canciones, en su mayoría, del exitoso «Engañamundos» como «Te busco», «Reproche», «El acuerdo», «Si me da igual» o, el ya clásico, «Piden pista» con el que cerraron la noche. También hubo espacio para temas más añejos como «Mal vado» y «Conexión directa» de «Premiere», su debut discográfico allá por 2005.
Una incógnita del show era cómo responderían en vivo las nuevas canciones, en las que hay un gran trabajo de estudio (donde los sintetizadores y secuencias tienen importante presencia) en el formato de cuarteto, sin músicos adicionales. La respuesta a esa incógnita fue saldada, ya, al sonar el segundo tema, el hit “No me parece mal”: los temas se sostienen por sí solos. “Quién” (un tema que, sin dudas, es de lo más arriesgados que haya hecho la banda) lució más de lo esperado en lo previo, “Campari” tiene todo para ser uno de las canciones que más suene en el año al igual que “Como lo imaginé”. El único invitado que tuvo la noche fue Fernando Cabrera, y fue más que suficiente, aportando un altísimo momento al interpretar, junto a Gonzalo, “Vigilia” tal como grabó en el disco.
Boomerang se encuentra varios escalones más arriba con respecto a la etapa “Engañamundos”. Zipitría (cada vez más frontman) capitaliza esa soltura que le brinda el hecho de no tocar la guitarra en varios temas, recorriendo el escenario e interactuando con el público, siendo un gran aporte escénico para el show. Por su parte, el guitarrista Luis Angelero, ubica cada pieza del rompecabezas (sobre todo en los nuevos temas) en el lugar exacto, mientras que Nicolás Rodríguez, desde el fondo, además de llevar el pulso, dispara pistas y aporta coros, y el debutante Nodar, brindó la solidez justa y necesaria.
Seguramente, las sucesivas presentaciones le brindarán el rodaje natural a esta nueva versión de una banda con más de quince años de carrera. Por lo pronto, el comienzo del camino para “El encanto” fue más que auspicioso.
Por Liber Aicardi