Graham Coxon y Mike Shinoda tienen nuevos trabajos. Escuchalos acá.

Que las series se han convertido en un fenómeno audiovisual cada vez más masivo, especialmente las que se emiten a través de las plataformas on demand, no es novedad. Lo que sí es una buena nueva es el cuidado, en algunos casos, por acompañarlas por un soundtrack de calidad. Ya habíamos escuchado a Joy Division, The Cure, The Alarm, The Kills y St. Vincent (entre otros) acompañando escenas de la polémica “13 Reasons Why”, pero ahora nos encontramos frente a música original. Tal el caso de la serie británica “The End Of The Fxxxing World”, la última sensación de Netflix, cuya banda de sonido está a cargo de Graham Coxon, guitarrista de Blur, siendo ésta la primera vez que incursiona en el rubro. A través de dieciséis tracks que incluyen tanto canciones de formato convencional como música instrumental, el inglés transita mayormente caminos melancólicos y un tanto oscuros, sin dejar de lado algunos arrebatos guitarreros. En “The End Of…” podemos encontrar desde temas que perfectamente encajarían en el álbum “13”, hasta toques folk y aires blueseros. Más que un buen tentempié mientras esperamos que su socio de banda lance su próximo álbum con Gorillaz y vuelvan a reunirse, en algún momento, para un nuevo álbum de Blur.

Por su parte, Mike Shinoda, segunda voz y multi instrumentista de Linkin Park, quien además aportaba la impronta rapera al sonido de la banda que lideraba el fallecido Chester Bennington, lanzó un E.P. con tres temas titulado sugestivamente “Post Traumatic EP”, acompañado de sus respectivos videos “homemade”. El lanzamiento coincide, prácticamente, con los seis meses del suicidio de su compañero, y este hecho no aparenta ser casual. Las referencias a Bennington están más que presentes, ya desde el título del trabajo y continúan en los mensajes telefónicos que allegados de Shinoda dejaron en su contestador incluidos en “Place To Start” y en frases como “Entregué hasta que me dolió el alma y nunca les dije” del tema “Watching As I Fall” (el más interesante de los tres). Seguramente, el proceso compositivo de este E.P. haya funcionado como exorcismo ante la tragedia para él, así como, una vez publicado, para muchos fanáticos de Linkin Park.

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