Se Armó Kokoa: «El compromiso con nuestro arte es también porque hay un compromiso con nuestra lucha»

Formada en 2014, la agrupación Se Armó Kokoa llegó para cambiar la escena hiphopera local. Con su mensaje de lucha afrofeminista, supieron ganarse un lugar a fuerza de punzantes rimas, llegando a ser uno de los números más atractivos del Festival Montevideo Hip Hop, que tuvo lugar en el Teatro de Verano Ramón Collazo en 2019 y significó un punto de inflexión en su carrera. De ahí en más, el camino ascendente de S.A.K. las llevó, entre otros importantes mojones, a compartir escenario con artistas internacionales tales como Miss Bolivia, Marcelo D2 o La Delio Valdez, como con referentes locales de otros géneros musicales de la talla de La Vela Puerca, disparar su arsenal cargado de letras contestatarias por tierras brasileñas y brindar talleres en el interior de nuestro país.
En la actualidad, el ahora quinteto se encuentra trabajando en lo que será su segundo álbum «Sabe a revuelta», sucesor del poderoso debut «Levántate» publicado en 2018.
El próximo jueves 21, a partir de las 20:30 hs. en Sala Zavala Muniz del Teatro Solís, Se Armó Kokoa se presentará en vivo acompañada de una banda conformada especialmente para la fecha integrada por Ju Taramasso en bajo, Albana Barrocas en batería, Gleisis Estrada en trompeta y coros, además de colaboraciones especiales. La apertura estará a cargo de Nomusa, que presentará «Afrofatalismo», un show que une tres conceptos: la negritud, el destino y el fatalismo, integrándolos de manera interdisciplinaria.
A propósito de la prometedora noche, enmarcada dentro del ciclo Mujeres y Disidencias en la Música Uruguaya y el Mes de la Afrodescendencia, conversamos con Valencia, MC y b-girl de las Kokoa, con quien repasamos su llegada a la escena local y su experiencia junto al colectivo, además de adelantarnos de qué viene el nuevo álbum, que según sus propias palabras «se viene picante».

Por Liber Aicardi

Se Armó Kokoa (de izq. a der.): Fabika, Baby Weed, VIki Style y Valencia
Foto: Difusión

Comencemos por el principio ¿Cómo se dio tu ingreso a S.A.K.?
Todo empezó, en realidad, cuando me interesé en conocer lo que era la escena del Hip Hop local en 2016. Yo llegué en 2014 acá y en 2016 conozco en el INJU a Style Fusion Crew y a partir de que le conozco y empecé a entrenar con ellos y con ellas, empecé a frecuentar más los eventos de hip hop, de breaking, de rap, de graffiti y en uno de esos eventos veo a Viki (N de R: VIki Style, integrante de S.A.K.) como maestra de ceremonias y eso. Después, en una convención de graffiti, tocaron las Kokoa y esa fue la primera vez que ví a S.A.K. como tal. Ya desde ese momento, decreté a la vida, al universo al que sea que iba a ser parte de esa crew (se ríe). Como que reconocí y dije «yo voy a ser parte de eso». Me movieron, obviamente, y hubo una identificación. Después, la vida me llevó a conocer a RC (N de R: reconocido DJ de la escena local) que fue una de las personas con quien grabé «Mirada consciente», uno de mis temas más representativos, y a partir de ahí, él se interesó en hacer un proyecto en el que invitaramos a una rapera que nos gustara a los dos, digamos. Entonces, él propuso a Viki, le hice la invitación, pero sin expectativas porque no teníamos esa cercanía ni nada, y ella respondió de forma positiva. A partir de ahí empezó la amistad entre Viki y yo, y me empezó a invitar a toques de S.A.K. para presentar algunos temas míos, empezar a encontrarnos y también para que conociera a Fabi y a Euge (las restantes integrantes de S.A.K.). Ahí empecé a tener esa complicidad, esa cercanía y así surgió la invitación de ser parte de S.A.K. Eso fue en 2018 y, a partir de ahí, somos grandes hermanas y hay una complicidad y un fortalecimiento increíble, más allá de lo profesional que está «de más». Y bueno, aca estamos.

¿Con qué escena hip hop te encontraste cuando llegaste a Uruguay?
Yo llegué acá en el 2014, con catorce años, si bien no con ganas de conocer algo en lo cultural, sino con ganas de conocer algo nuevo en su totalidad, gente nueva, clima nuevo, costumbres nuevas, comida nueva. Entonces, me llevó desde 2014 a 2016 encontrarme como tal con la cultura local de hip hop. En realidad con lo que me encontré fue con ese sentido de pertenencia que me llevó a la raíz, porque cuando tenía cinco o seis años, ya hacía breaking, entonces fue como «acá encontré mi sentido de pertenencia. Ahora sí, que se venga lo que se venga» y empecé a frecuentar más los espacios. Ahí me di a conocer, digamos, como b-girl (N de R: bailarina de break dance) y después como rapera, de a poco, pero ya venía con toda esa impronta del breaking y ya sabía lo que era el hip hop y todo eso. Hubo como una readaptación, pero era una escena desconocida para mí, y estuvo bueno.

¿Reconocés una identidad local en el hip hop uruguayo?
Sí, sin duda. Es más, yo escucho mucho más rap uruguayo que colombiano. Pero sí, hay algo ahí del rap uruguayo que a mí me atrapa. Incluso será por eso que tiene de novedoso, de otras formas y maneras distintivas de rapear, de ver la escena, la vida. Incluso, eso fue lo que encontré en S.A.K. ese sentimiento de identidad. Y también me pasa con Intercomunicación Extraña, que es donde es parte RC, con CHN, Rapvolución, que tiene más mensaje de lo ambiental y contestatario desde ese lugar, de la defensa y el cuidado de la tierra. Esas distintas agrupaciones o colectivos me llaman desde ese lugar. Encuentro esa identificación y reconocimiento: distintos movimientos de lucha pero que me atraviesan desde ahí. Eso en cuanto al rap, y después en el breaking también encuentro eso, esa identificación que me lleva al origen.

El festival Montevideo Hip Hop, realizado en el Teatro de Verano en 2019, de alguna forma las presentó en sociedad y con una llegada masiva, no sólo en el festival propiamente dicho sino, también, a través de la TV. ¿Eso las marcó como grupo?
Sí, sin duda. Incluso, S.A.K. considera que ese evento marcó un antes y un después importante, más que nada, por ese salto cuántico que da el reconocimiento de la gente de nuestro arte y cómo llega, cómo impacta en la gente. Antes de eso tenía un impacto más que nada en el underground. La oportunidad de Montevideo Hip Hop nos dió ese lance de decir «tenemos ésto, ésto es lo que somos» y la gente lo recibe como un montón de info y pasan dos cosas: «esto es demasiado para mí y lo rechazo» o, si no, hay un reconocimiento como tal, la gente identifica con lo que decimos, lo siente de alguna manera, lo vive y lo atraviesa. También nos dio la oportunidad de que personajes más reconocidos y admirados por nosotras nos reconocieran, como por ejemplo, Miss Bolivia, La Vela Puerca, 4 Pesos de Propina.
Pero, sí nos dio eso de enfrentar esa demanda de eventos para más gente y eso requiere de otra preparación, de otro pienso, de algo mucho más profesional..

Yo creo que va todo de la mano. Nuestro compromiso con nuestro arte y con nuestro proyecto, sentimos también que es porque hay un compromiso con nuestra lucha. Nuestra lucha nos mueve desde nuestro contexto, que es lo que vivimos, que es el racismo, es el machismo, vivir en los barrios periféricos, que es el ser pobre, mujer o disidente.

Y su lucha anti racista y feminista las lleva a comprometerse más con el proyecto, también ¿no?
Yo creo que va todo de la mano. Nuestro compromiso con nuestro arte y con nuestro proyecto, sentimos también que es porque hay un compromiso con nuestra lucha. Nuestra lucha nos mueve desde nuestro contexto, que es lo que vivimos, que es el racismo, es el machismo, vivir en los barrios periféricos, que es el ser pobre, mujer o disidente. Entonces, como lo expresamos a través de nuestro arte a la vez, ese compromiso con nuestra lucha conjugado con el profesionalismo hace que se pueda expandir y que la gente también lo vea desde ese lugar que estamos realmente comprometidas con lo que hacemos, y a su vez sosteniéndolo desde la lucha y lo contestatario.

¿Cómo sintieron la recepción de S.A.K. por parte del circuito de hip hop, un ambiente predominado por hombres?
Yo creo que, por eso mismo que decías vos, ya desde sus orígenes por la historicidad patriarcal, machista, etc. nace desde ese lugar donde lo frecuentan más varones. No hay un reconocimiento como tal del aporte de las mujeres y las disidencias dentro del hip hop. Desde los comienzos hasta acá, ha habido obviamente una evolución con toda una transformación y distintas etapas que, como muchas culturas, es así.
Pero hablando ya de la llegada de S.A.K. al circuito frecuentado más por lo masculino, creo que no buscamos un reconocimiento como tal, sino más bien como «esto es lo que hacemos», como te decía hace un rato. El impacto de la llegada de S.A.K. creo que es justamente porque se mantiene en ese lugar de que no estamos buscando popularidad ni ser famosas ni que nos siga un montón de gente en las redes. No. Esto es lo que somos, esto es lo que tenemos. Nos interesa que nos reconozcan, sí, como parte de una lucha y parte de esta cultura que nos representa y que la tomamos como una herramienta de expresión, de liberación y de empoderamiento. Obviamente, nos interesa que nos escuches, nos interesa que nos reconozcas pero, más allá de cómo sea recibido, sí sentimos que como tiene su impacto de ser mujeres o disidentes, de ser negras, contestatarias, rebeldes, todo eso, hay mayor rechazo por parte de los varones. Lo sentimos, lo vemos. Porque siento que es como «fahhh… esto es tremenda info, esto me está generando ruido y un montón de cosas, entonces no lo puedo sostener y lo rechazo». También, por otro lado hay una admiración, un respeto, un compartir, un interés. Pero cuando sucede eso del rechazo, lo sentimos y lo vemos, más que nada de parte de hombres… No pueden sostener tanta cocoa (bromea).

El impacto de la llegada de S.A.K. creo que es, justamente, porque se mantiene en ese lugar de que no estamos buscando popularidad ni ser famosas ni que nos siga un montón de gente en las redes. No. Esto es lo que somos, esto es lo que tenemos. Nos interesa que nos reconozcan, sí, como parte de una lucha y parte de esta cultura que nos representa y que la tomamos como una herramienta de expresión, de liberación y de empoderamiento.

¿Cómo fue la experiencia de los talleres que ofrecieron en el interior del país?
Pahh… (N de R: con expresión de felicidad) Tuvimos la suerte de poder dar unos talleres de afrofeminismo y de hip hop en el interior. Estuvimos en Maldonado, en Durazno, en Rivera y cada experiencia tuvo lo suyo. Si bien, obviamente, había cosas similares siempre había algo distintivo, como los distintos debates que se dan, porque siento que cada experiencia y cada contexto es distinta. No es lo mismo la realidad, por ejemplo, de una mujer negra en Rivera que la de una mujer blanca pobre en Maldonado, o la experiencia de una mujer trans en Tacuarembó. Más allá de que las opresiones y las violencias se reciben con ese impacto por igual, sí hay distinciones. Entonces, lo lindo es encontrarnos con estas distintas historias donde también nos ayudó a vernos reflejadas desde lugar como mujeres, como disidentes, como afro, como pobres, siendo parte de la cultura hip hop. Siento que cada experiencia fue única y más allá de que lo demos en cualquier lugar, siempre nos va a dejar un aprendizaje y algo para que nuestro arte siga creciendo y siga teniendo más inspiraciones para contar más historias y para seguir manteniendo nuestra esencia de lucha. Pero fue hermoso por cómo lo recibió la gente y por la diversidad de gente que nos podemos llegar a encontrar, desde niñeces hasta gente más vieja, jóvenes, mujeres, mujeres trans, hombres, un montón de diversidades.

¿Cómo viene el nuevo disco «Sabe a revuelta»?
Uhhhhh… Se viene picante, se viene picante (se ríe).
Si bien S.A.K. no para, nos tomamos ese tiempito para tener una bajada a tierra y decir «¿en qué estamos? ¿cómo estamos internamente y no tanto hacia el afuera? ¿Dónde estamos paradas? ¿Qué hacemos con esta energía? ¿Cómo hacemos para equilibrar eso más ejecutivo y de acción con eso más interno y de cuidarnos la energía de cada quien?» Y decidimos resguardarnos un poquito para concentrarnos en lo que va a ser la salida del disco «Sabe a revuelta». También tiene esa distinción que en «Levántate» no estaba yo, entonces tiene esa diferencia. Y, si bien sigue manteniendo la esencia del boom bap, tiene ritmos más diversos, como un afro-trap, un raggamuffin, un afro-trap con candombe, algo como más jazzero… Tiene esa diversidad de ritmos que siento que cuando yo entré, aporté esa impronta más caribeña y toda la esencia de lo que yo escuchaba en Colombia como el rulao, el bullerengue o la cumbia y, obviamente, las «pibis» también, con toda la esencia de todos los ritmos diferentes que hemos escuchado a lo largo de nuestra vida. Y dijimos «¿por qué no?¿por qué no animarnos a mezclarnos un poquito, plantearnos nuevos desafíos musicales y animarnos a otra cosa?» Y se vienen sorpresitas… sorpresitas internacionales de gente amiga hermosa, que va estar participando del disco también.
Y, hoy día, también con la expansión, con la apertura de que estamos dispuestas a las transformación de S.A.K. está bueno tirarlo sobre la mesa que ya no sólo está integrado por mujeres afrodescendientes, sino que integramos identidades no hegemónicas. Está Baby Weed que se integró hace poco pero nos viene acompañando desde hace mucho desde otras áreas, como la vestimenta, pero también rapea y es DJ. Entonces, ahora se animó a integrarse más de este lado.
Y el show del jueves 21 va a ser una adelanto de lo que va a ser la presentación oficial de «Sabe a revuelta». Va a ser como «te aviso que va a venir esto y te muestro un poquito» (se ríe).

Las entradas están a la venta a través de Tickantel y de forma presencial en Abitab, Redpagos y boletería del Teatro Solís.

Foto: Difusión
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